Ariane

Vamos a luchar hasta la muerte, ¡nadie nos separará, nadie!

Sigo avanzando, quiero acabar con esto, con todos esos hombres que me quieren como trofeo.

Corremos el riesgo de quedarnos sin municiones si no recibimos ayuda de inmediato. Como si escuchando mis oraciones, veo que Marco regresa con nuestros hombres. ¡Llegan a tiempo! La batalla está en pleno apogeo. Cuerpos caen. Perdemos a muchas personas. Pero aún no hemos dado con su jefe. Se esconde. Veo vehículos blindados llegar de lejos, helicópteros sobrevolándonos. Su jefe sale de su escondite, intenta huir. No sé quién ha venido con esos coches y sus hombres, pero esa persona acaba de salvarnos la vida. Corro para ir detrás de su jefe, él ya no sabe dónde esconderse, camino muy despacio para que no escuche mis pasos. Auracio me hace señas de que no me acerque a él. Pero yo soy la más cercana. Le pongo mi rifle detrás de la oreja y murmuro:

- ¡Baja tu arma!

Él se queda paralizado un instante. Luego muy lentamente, deja caer