Ariane
Después de recibir todos los cuidados. Voy a descansar. Auracio insiste en que vaya a descansar, es lo que tengo intención de hacer. Pero, ¿qué va a hacer él?
- ¿A dónde vas?
- Voy a interrogar a El Invisible. ¡Quiero respuestas!
- Entonces te acompaño.
- No, debes ir a descansar, con tus heridas, lo necesitas.
- Digo que no, te acompaño.
- ¿Por qué eres tan terco?
- Ayúdame, vamos juntos.
Él me levanta y me pone de pie. Cojeamos juntos para ir al sótano.
El Invisible está bien atado con sus hombres. Son alrededor de cincuenta.
- No necesito a los demás, mátenlos a todos. Dejen vivo a El Invisible y a su novia.
- ¿Por qué matar a todas estas personas? Ni siquiera te conocen. Replica.
- No debiste llevarlos contigo, ¡sabías muy bien que no sobrevivirían a un enfrentamiento conmigo! Es su riesgo y peligro. Ahora, más te vale decirme todo lo que estabas hablando antes.
- ¿De qué hablas?
- ¡Estabas hablando de mi amigo!
- Ah... él... ¿qué gano a cambio?
- ¡Quiero salva