La llamada

El celebro de Alexandra le decía que hablara, que se defendiera que ella no era ningún objeto para ser señalada o mercancía para ser vendida, pero su boca se negaba a abrirse, su ritmo cardiaco era acelerado. Sabía lo que significaba que la escogieran, sabía lo que estaba a punto de ocurrir, y mientras era conducida a una habitación su cerebro ordenó una última vez que saliera corriendo de allí, pero no lo hizo, en cambio tomó una decisión que no tendría marcha atrás.

Según el idiota de ex, todo había ocurrido por su m*****a virginidad, ella sabía en el fondo que no era su culpa, pero aun así se sentía tan enojada que había decidido deshacerse de ella ¿y por qué no hacerlo con el atractivo hombre de antes?, de todas formas, no tenían por qué volver a verse.

En la sala privada Sergio fumaba un cigarro con una de sus largas piernas cruzada sobre la otra, pensaba que esta reunión seria aburrida como todas las que organizaba su amigo, pero esta noche, había algo diferente, la chica de antes era exactamente igual a ella. Tenían un parecido asombroso y antes de percatarse de lo que decía, Sergio ya la estaba señalando. La chica se había marchado hacia la habitación sin ninguna expresión en el rostro y Sergio se quedó pensando si seguirla o no. Al final optó por ir, se dijo a si mismo que no iba a hacer nada, solo quería verla un poco más, pero nada mas que cruzó la habitación Alexandra le saltó encima, había interpretado la demora del hombre como que se estaba arrepintiendo; en cambio ella había bebido unas copas más mientras lo esperaba para armarse de valor y había funcionado, porque en cuanto lo vio deseo devorarlo entero. Sergio pensó en resistirse, pero cuando sintió el cuerpo caliente de la chica, sus piernas alrededor de su cintura y sus suaves y húmedos labios intentando besarlo no puso resistirse.

- ¿Estás segura de esto? – preguntó el hombre con una voz magnética y embriagadora.

- Cállate y bésame –ordenó ella con autoridad, en cambio, sus besos y torpes caricias le decían al hombre que ella era una total inexperta.

Sergio tomó el control de la situación y pronto la habitación se llenó de sonidos y gemidos. Ambos disfrutaron de su acompañante explorando su cuerpo y satisfaciéndose. La noche avanzó veloz mientras la pareja no sentía el tiempo pasar, cerca del amanecer la chica cayó profundamente dormida debido al cansancio extremo. Sergio la observó dormida mientras fumaba sentado en la ventana, había estado con las suficientes mujeres como para saber que la chica había sido virgen, se acercó y le tomó una foto al rostro y luego la envió a su asistente.

Quiero saber todo sobre ella para ayer.  

Eran cerca de las 5 de la mañana, pero eso no fue ningún problema para que sus ordenes fueran obedecidas. Media hora después Sergio recibió un archivo en su correo con todos los datos de la chica. Entonces fue cuando se enteró que era una cantante famosa, que tenía una relación en secreto con un actor que se rumoreaba salía también con su hermana. Sergio leyó el archivo en silencio sin mostrar ninguna reacción, pero quien lo conociera bastante se daría cuenta que le estaba prestando bastante atención a la chica, cuando usualmente solía mirar por arribita y no involucrarse. Sergio le envió otro mensaje a su asistente y luego regresó a la cama y se acostó al lado de la chica.

Alexandra despertó a las 7, su reloj biológico era muy exacto y aun así se despertó más tarde que de costumbre, lo primero que notó fueron los fuertes brazos en los que estaba, así como la caliente respiración en su cabeza, despacio intento escabullirse, pero el hombre la apretó más contra su pecho.

- ¿A dónde vas? ¿Intentas huir?

- Umm, yo tengo que marcharme, voy tarde a una reunión. – inventó.

- Te acaban de despedir, qué reunión puedes tener. – Alexandra se levantó asustada, si aquel hombre la había reconocido podría intentar chantajearla, lo ultimó que necesitaba eran más problemas.

- ¿Tú, cómo sabes eso? ¿Me has investigado?

Esta todo bien, no te pongas ansiosa, solo quería saber quien era la mujer que dormía a mi lado. Ahora vuelve a la cama, aun no te puedes marchar, lo que estoy esperando todavía no llega. – Alexandra quería salir corriendo, pero él la tomó por el brazo y la lanzó a la cama otra vez y se aferró a ella. Una hora después tocaron la puerta de la habitación y Sergio abrió y tomó unos papeles. Alexandra había aprovechado para pararse e intentar vestirse temiendo que fueran periodistas o algún tipo de trampa, pero unos minutos después solo Sergio regresó con unos papeles y extendiéndoselos agregó.

- Alexandra no sabía que podía ser, pero aun así los tomó y los leyó. Era un contrato de amante o mas bien un contrato de propiedad. Sin poder dar crédito a lo que leía Alexandra miró a Sergio a lo ojos.

- ¿Esto es en serio? – pregunto indignada.

Claro que sí, nunca bromeo. Todas son condiciones razonables para tener una buena relación y convivencia.

- Te parece que esto sería una buena relación – y comenzó a leer parte del contrato. – la contratada se compromete a responder siempre que sea solicitada, a no mantener contacto con ningún otro hombre que no sea su empleador, su relación será mantenida en secreto y no puede ser divulgada bajo ninguna circunstancia a menos que el empleador lo considere necesario – enojada le lanzó los papeles – yo no sé quién te crees o con quién me estás confundiendo, pero no pienso firmar algo así, yo no seré tu juguetito para cuando estes aburrido, así que haré como que todo esto nunca sucedió. Espero no volver a verte nunca.

Enojada salió del club maldiciendo su mala suerte con los hombres, tomó un taxi y se dirigió a su apartamento, solo para descubrir que sus cosas estaban siendo sacadas, de inmediato llamó a su casera y esta le contestó que el contrato había sido firmado con su compañía, pero que al haber sido despedida debía abandonar el apartamento.

Mientras intentaba conversar con la casera vio un grupo de periodistas que se acercaban y no tuvo más opción que marcharse. Vagó por la cuidad durante horas hasta que llegó a una plaza y se sentó en un banco, sin poder evitarlo la chica se puso a llorar, se sentía extremadamente cansada y se preguntaba porque su vida debía ser tan difícil. Irónicamente sus fanáticos la veían en las portadas de revistas y deseaban ser como ella, sin saber lo extremadamente dura que era su vida y lo mucho que tenía que batallar. Después de haber llorando durante un rato su teléfono sonó, pensó en ignorarlo, pero debido a la insistencia decidió ver quien era. No tenía el número registrado, pero considerando que no podían ser más malas noticias optó por contestar.

- Buenas días señorita Alexa, soy de la compañía Star Universal, llamo para verificar una reunión para hoy a las cinco.

- Perdón, pero creo que ha habido algún error.

- ¿Es usted Alexa la cantante?

- Si, soy yo.

- Entonces no hay ningún error, aquí dice que tiene usted una reunión hoy para firmar un contrato con nuestra compañía. La esperamos hoy a las cinco, por favor sea puntal. Que tenga buen día. - Alexandra observó el teléfono y comenzó a sonreír, no sabía cómo había conseguido una reunión en Star Universal, pero eso era como ganarse la lotería. Star Company dirigía la industria de entretenimiento, las mejores estrellas del país estaban ahí, era el sueño de miles de cantantes y actores; y ella había conseguido una reunión allí.

Alexandra vio la luz al final del túnel y por fin pudo volver a respirar. Sintiéndose mejor decidió llamar a Abigail, su mejor amiga y contarle la noticia.

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