Es hora de la salida del personal, y como no tengo planes para esta noche, pensé en ir a casa de mi abuela para verificar cómo está de salud.
Me sentí extraña hoy porque no vi a Eduard. Siento que hay algo diferente en mí, tal vez sea un trastorno o simplemente la necesidad de estar con él. Lo extraño mucho y debería abordar estos sentimientos tan intensos.
—¡Vaya! ¡Miren quién está aquí! —escuché decir a Amanda entusiasmada mientras salíamos de la empresa. Afuera, estaba estacionado un auto, ¿era de Carter?.
—Creo que viene por ti, Lilian —comenté mirándola de reojo. Lilian tenía las mejillas rojas y parecía sorprendida, tal vez no esperaba verlo, o tal vez sí sabía que vendría por ella.
—Carter... —murmuró ella por lo bajo. Él, al notar que lo observábamos, se acercó con una sonrisa transparente y dulce.
—Buenas noches, chicas —saludó el galán. A Lilian le plantó un beso en la mejilla, dejándola más roja de lo que ya estaba.
—Bueno, bueno, bueno, ¿de qué me perdí? —preguntó Amanda co