Todo el dolor y la angustia que Mía sentía hasta ese momento, se transforma en rabia e impotencia.
Lanza el teléfono a la cama y empieza a buscar ropa para salir, Sofía la voy a desconcertada, notando el cambio drástico que ha tenido su amiga.
—¿Qué te ha dicho para que te pusieras de esa forma?
—No va a cumplir su palabra, si quiero tener a mi hijo de vuelta tendré que buscar el modo de traerlo, no puedo esperar ni por Andrés ni por Gerard, ellos solo hacen lo que les conviene y traer a mi hijo de vuelta no está en sus prioridades.
—¿Fue eso lo que realmente te dijo o fue lo que creíste escuchar por tu estado? Creo que deberías de tomar las cosas con calma, no sea que termines poniéndote en riesgo y a tu hijo al mismo tiempo.
—que pase lo que tenga que pasar, no voy a seguir esperando por nadie, iré a buscar a mi hijo.
Sofi se apura en arreglarse, no dejará que se vaya sola y tome decisiones que después pueda lamentar.
Ambas salen de la casa sin ser vistas, algo que por poco y no log