Trago duro, porque mi temor más grande es que alguno de los lobos muera por mi culpa, pero, también necesito encontrar a mi esposo, necesito hacerlo y dudo que Damon tenga intenciones de ayudarme.
— ¿Qué acabas de decir?— Lo que has escuchado.— No te creo, ahora déjame en mi habitación. — digo con frialdad.— Hablo en serio.— No te creo. — vuelvo a decir.Damon me observa sonriente, pero, sé que no está cómodo. Así que, camino olfateando el olor de los lobos para regresar al hotel.— Lo que te estoy diciendo es en serio, Antonella.— Sé que no, porque tú no te involucras en los asuntos de los demás, eso fue lo que me dijiste, así que, si estás aquí es porque quieres jugar conmigo. — digo con seriedad.— Tendré que analizar que palabras mencionar delante