Parte 4...
Enzo
Me quedé un poco aturdido al escuchar la declaración. Realmente me impactó. La idea del acuerdo para unir a las mafias era esa, entre otras cosas. Darle un heredero a nuestra familia y también a la suya. El padre de Isabela ya no esperaba tener otro hijo, y si ella le daba un nieto, sus negocios estarían seguros, sobre todo porque yo me encargaría de todo hasta que el niño fuera lo suficientemente mayor como para seguir solo.
— ¿Cómo puedes estar embarazada? – fue una pregunta tonta, lo sé.
— Bueno... – ella parpadeó rápidamente y sonrió hermosamente, a pesar de estar herida — En el convento, las monjas nos enseñaron en las clases de biología sobre la reproducción humana... – levantó las manos haciendo gestos — Es así... Un niño conoce a una niña – ella quería reír, a pesar de la situación — Y luego los dos...
— ¡Ah, vamos! – le tapé la boca y luego le di un beso — Estoy demasiado nervioso como para que te rías de mí – toqué su frente — Estaba preocupado por tu segurid