Necesitaba sembrar más dudas, más odio, para que Anthony volviera a odiar a Katherine con la misma intensidad con la que alguna vez la había castigado. Y para eso, necesitaba hacer que Anthony creyera que Katherine lo estaba traicionando de la peor manera posible.

—Anthony... —dijo con suavidad, acercándose lentamente, con la misma expresión de fragilidad que siempre usaba para manipularlo—. Yo sé que es difícil, pero... ¿y si Katherine está viendo a ese hombre? Quizás... quizás lo ha estado planeando desde hace tiempo.

La insinuación era sutil, pero cargada de veneno.

—No quiero que sufras más por ella —continuó, colocando una mano sobre su brazo en un gesto aparentemente de consuelo—. Ya has pasado por tanto, y... no me gustaría que te engañara de esa manera.

Anthony la miró, sus ojos aún llenos de furia y confusión. Las palabras de Sofía empezaban a penetrar en su mente, avivando el fuego que ya lo consumía.

—Katherine… esa mujer… —murmuró, aunque la duda empezaba a aparecer en su