Las risas de Freya y Debbie llenaban la sala de estar de su casa. Ambas estaban imaginando la mala suerte que le ocurriría a Elea porque Axelle ya se había enterado de la desobediencia de su esposa.
"¿Elea es tan valiente, por qué se atrevió a desobedecer?",
preguntó Freya después de tomar un sorbo de té caliente que le había servido un empleado doméstico.
Debbie no respondió porque ahora estaba pensando en Arthur, quien visitó a Karlene. Los celos y el dolor que consumían a la mujer la llevaron a maldecir a Elea y Karlene.
"¡Que lo sientas! Karlene, tu hija recibirá el castigo porque hiciste que Arthur te visitara!",
dijo Debbie con enojo.
Freya miró a su madre, se rió entre dientes y volvió a ocuparse de su teléfono móvil, mirando los nuevos vestidos que usaría para acompañar a Axelle en la fiesta con los antiguos amigos de Axelle del extranjero.
"¿Axelle te invitó?", preguntó Debbie cuando Freya contó sobre la fiesta a la que iría Axelle.
"¿Axelle invitaría a Elea? No es una fiesta