8. Algo anda mal  

Las risas de Freya y Debbie llenaban la sala de estar de su casa. Ambas estaban imaginando la mala suerte que le ocurriría a Elea porque Axelle ya se había enterado de la desobediencia de su esposa.

"¿Elea es tan valiente, por qué se atrevió a desobedecer?",

preguntó Freya después de tomar un sorbo de té caliente que le había servido un empleado doméstico.

Debbie no respondió porque ahora estaba pensando en Arthur, quien visitó a Karlene. Los celos y el dolor que consumían a la mujer la llevaron a maldecir a Elea y Karlene.

"¡Que lo sientas! Karlene, tu hija recibirá el castigo porque hiciste que Arthur te visitara!",

dijo Debbie con enojo.

Freya miró a su madre, se rió entre dientes y volvió a ocuparse de su teléfono móvil, mirando los nuevos vestidos que usaría para acompañar a Axelle en la fiesta con los antiguos amigos de Axelle del extranjero.

"¿Axelle te invitó?", preguntó Debbie cuando Freya contó sobre la fiesta a la que iría Axelle.

"¿Axelle invitaría a Elea? No es una fiesta
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