Charles POV:
—Campbell —escupió Nathan, su voz cargada de veneno. La palabra flotó en el aire como una maldición, densa de odio y resentimiento.
Entré en el despacho de Nathan, dejando que mi mirada recorriera la habitación, asimilando las señales de su imperio en ruinas: los montones de correo sin abrir, la botella de whisky medio vacía sobre el aparador, el aire general de abandono que impregnaba el espacio, antes impecable.
—Richards —repliqué, mi voz suave, un marcado contraste con su rabia cruda—. Qué coincidencia encontrarte aquí. ¿O debería decir, todavía aquí?