Agatha POV:
En la sala de juegos del hospital infantil reinaba un caos de risitas, parloteo y el taconeo rítmico de piececitos contra el suelo de linóleo.
Las paredes estaban adornadas con murales coloridos de animales de dibujos animados, pósteres brillantes animaban a todos a "Ser Fuertes" y "Nunca Rendirse", y un batiburrillo de juguetes yacía esparcido por el suelo como confeti caído.
Era un mundo aparte del silencio aséptico de las UCIs, pero incluso aquí, el peso de la enfermedad, del sufrimiento infantil, era una presencia palpable, una sombra que no podía borrarse por completo con las decoraciones brillantes ni el optimismo forzado del personal.
Sonreí, intentando proyectar un aire de aleg