Al escucharlo, Charles solo pudo sonreír, pero lo hizo justo antes de propinarle un fuerte golpe en el rostro. 

 —De entre todas las cosas que pudiste pensar, que pudieron pasar por tu cabeza; esta sin duda es la peor. No lo digo por mí, porque no me importa en lo más mínimo lo que pienses; pero Catherine no se merece algo como eso —le aseguro, visiblemente molesto con este. 

 —¿Qué otra cosa se podría pensar? —le cuestiono a un a la defensiva. 

 —Es claro que no me conoces y sobre todo no la conoces a ella —le aseguro, pues aun cuando la conocía desde hace muy poco tiempo, estaba seguro de que ella no era esa clase de mujer. 

Aquello dejaba a su parecer más que evidente la clase de relación que tenían y le ayudaba a comprenderla mejor. 

 —No me extraña que no confíe en ti