Para Adina, Alden era un niño obediente y sensato. No lloraba desde que tenía dos años.
Pero en ese momento, su obediente y sensato Alden sollozaba con fuerza mientras las lágrimas corrían por su cara.
Rápidamente se acercó a él y se arrodilló para secarle las lágrimas.
"Al, Mami está aquí. Mami está aquí contigo. No llores, no llores...".
Abrazó al pequeño Alden y le acarició la espalda.
"Mami... Mami...".
Él lloraba sin parar. Poco a poco se fue calmando.
Ella le sujetó las manos y lo llevó al sofá mientras sonreía con dulzura. "¿Sabes por qué Papi te pidió que vinieras aquí?".
Él asintió y dijo sombríamente: "Estoy aquí para ayudarte a descifrar el programa del biochip de tu cuerpo".
Adina suspiró.
'Efectivamente, Al ya se dio cuenta de la situación. Él...'.
Le sostuvo las manos y se las tocó suavemente. "¿Crees que es posible?".
Alden frunció los labios. "Haré lo que pueda".
Duke sacó un portátil y varias herramientas eléctricas...
Todo estaba preparado para él.