CAPÍTULO 29: UN CORAZÓN ROTO Y UNA TRAGEDIALa furia contenida en los ojos de Asher es aterradora. Tiene los puños apretados y la mirada perdida fija en su hermano. Brayden, por otro lado, está pálido, sabe que ha llegado el momento de que se revele toda la verdad, y dudo mucho que pueda impedirlo.Aun así, intenta ser valiente, o parecerlo, al menos; porque sonríe con cinismo y mira a su hermano como si realmente él tuviera las de ganar.—No seas ridículo Asher. En cualquiera de los dos casos, tu mujercita termina como una put4.Esa palabra es el detonante para que Asher pierda el control. Se le va encima a su hermano y empiezan a golpearse como si fueran unos animales salvajes. Su madre grita, se descontrola alterada, y yo también. Nunca los había visto así y la verdad es que no me gusta.—Asher, por favor, ya basta —suplico, pero él no me hace caso.Isabella les grita, toma un vaso de agua que está en la mesa y se los arroja encima. Eso es suficiente para que los dos se tranquilice
CAPÍTULO 30: TODO TERMINA AQUÍ—¡Brayden! —grita Bárbara, pero la caída es inevitable.El momento de shock pasa y todos salimos corriendo para ver qué fue lo que pasó, incluyendo a la madre de los dos hermanos, que llega también para el momento en el que su hijo menor cae.Lo vemos desde la parte de arriba. Inconsciente e inamovible en el piso. De hecho, pareciera que estuviera muerto. El corazón se me detiene. No es porque me importe en realidad, pero tampoco quiero que se muera. El primero en reaccionar es Asher. Baja corriendo las escaleras, brincando incluso algunos o escalones. Los demás lo seguimos de cerca, excepto por Bárbara, que se queda desde arriba mirando con horror como su esposo está tendido en el suelo, la sangre empieza a brotar de su cabeza y entonces ella entra en pánico.En ese momento, escuchamos las voces de los pequeños niños regresando al salón. Ellos no tienen ni la más mínima idea de lo que ha pasado. Volteo a mitad de las escaleras, los niños van a verlo ahí
CAPÍTULO 31: ENTRE LA VIDA Y LA MUERTEDespués de que Bárbara se va con sus hijos, la tensión en el ambiente se relaja un poco más. Asher y yo nos quedamos en la enorme mansión sin saber qué hacer con exactitud.—Creo que deberíamos ir al hospital.—Sí, tienes razón, vamos —me dice, pero no parece demasiado convencido.Le sigo hasta su auto, nos adentramos en un incómodo silencio. Asher cierra la puerta de su lado mientras que yo me pongo el cinturón y espero que arranque, mas, no lo hace.—¿Qué sucede? —pregunto.—Quinn, yo…—No digas nada ahora, mejor vayamos a ver a tu hermano primero.Asher asiente, pone en marcha el auto hacia el hospital donde se han llevado a Brayden. Siento un extraño nudo en el estómago, una incomodidad que no para de crecer a medida que nos acercamos. Por el momento, prefiero mantener mis sentimientos contenidos en una represa; el problema es que no sé cuánto tiempo más resistiré todo esto.La oscuridad de la noche acompaña a la tragedia. Cuando entramos en e
CAPÍTULO 1: ESTÁS VIVIENDO UNA MENTIRA—Señora Quinn, están tocando el timbre.Nuria, mi ama de llaves me avisa desde la cocina que va a abrir la puerta. Le hago una seña para que vaya, y ni siquiera hago el amago de levantarme del sofá. Absorta en mis propios pensamientos y con la copa de vino blanco en mi mano, solo puedo pensar en lo que estará haciendo mi esposo ahora mismo.La conversación que tuvimos anoche me dejó pensativa, y no fue precisamente por lo que me dijo, sino por lo que escuché detrás de él. ¿Por qué habría risas de niños en una conferencia con los inversionistas en Texas? Eso no tiene sentido, pero él me insistió en que había escuchado mal.Suspiro y le doy otro sorbo a mi copa. A decir verdad, no me imaginaba que la vida de casada con Brayden Chase iba a ser así.Pronto mi ama de llaves regresa y por su expresión, presiento que no es una visita cualquiera.—¿Quién es, Nuria?—Es… una señorita, y dice que quiere hablar con usted.—¿Una señorita? ¿Te dijo su nombre?
CAPÍTULO 2: ES SOLO UN BAILE CON UN DESCONOCIDO—¡Ah! ¡Acéptalo, Quinn! —grita Wanda.—¿Estás loca? ¿Y si está adulterado? No, no lo beberé.Mi loca amiga toma el trago y le da un buen sorbo. Todas las demás nos quedamos en estado de shock.—¡¿Estás demente?! —reprende Loanne arrancándole la copa de las manos.—No pasa nada, ¿viste? Acéptalo —insiste.—¿Para qué? ¿Acaso se te olvida que estoy casada? —cuestiono.—¡Ay, amiga! Solo es una bebida, ni que fuese una propuesta de matrimonio. Tu marido no está, ¿verdad? No tiene nada de malo.—¡Wanda! —reprende Jennifer—, ella está casada, por supuesto que no está bien que acepte bebidas de desconocidos.Wanda pone los ojos en blanco y sigue bailando y bebiendo como si nada. Observo la bebida y una vez más miro en dirección a la esquina, pero para mi sorpresa, él ya no está ahí. Suspiro, aunque no sé bien si de alivio o qué. Nunca me había sentido así al ver a un hombre, y es que aunque no quiera admitirlo, llamó mi atención desde el primer
CAPÍTULO 3: CAER EN LA TENTACIÓNSoy una mentirosa, falsa, hipócrita y traicionera.¿Por qué le dije que sí? ¿Por qué le di mi número a ese hombre?—No me volverá a llamar, solo fue algo de una sola noche, ¿verdad? —me cuestiono a mí misma frente al espejo.Me lavo el rostro una vez más intentando borrar las sensaciones que Asher Donovan dejó en mi piel, pero es imposible. A medida que pasan las horas y el alcohol deja mi sistema los recuerdos regresan como bofetadas directas a mis mejillas.Los besos, las caricias, él tomándome con firmeza por las caderas e introduciéndose en mi interior… ha sido lo más placentero que he experimentado en años, divino, tentador y… el peor pecado que podría haber cometido.—Soy una basura —me digo a mí misma—. ¿Con qué cara podría reclamarle algo a Brayden? No puedo hacerlo, no puedo decirle nada porque evidentemente él no me ha engañado, en cambio yo…Suspiro, salgo del baño y me siento en la cama de mi habitación vacía.De pronto mi celular repica pr
CAPÍTULO 4: LA FOTOGRAFÍATres semanas después…Si esto es una fantasía, no quiero que se termine. Nunca me había sentido tan viva desde que me casé con Brayden. Y es que estas tres semanas que llevo viéndome con Asher me he sentido en el paraíso. Un paraíso tentador, 3xcitante y peligroso que pone mi adrenalina al tope y desdibuja la línea de lo que siempre he establecido como una moral recta y buena.Nunca en mis veinticinco años de vida pensé que iba a terminar haciendo algo así. Para mí, la fidelidad siempre ha sido el pilar fundamental en una relación, pero bien dice el dicho, “nunca digas de esta agua no he de beber”. Sé que soy la peor persona, sé que estoy jugando con fuego y sé que mis acciones podrían traer graves consecuencias y lastimar a alguien que ha estado ahí para mí, pero… no puedo parar, no quiero parar.El bichito de la culpa ha estado enterrado en un lado de mi cabeza, muy, muy al fondo donde no puedo escucharlo. Y es que, ¿cómo decirle que no a un hombre como Ash
CAPÍTULO 5: SE ACABÓ EL CUENTO DE HADAS—¿Quinn? ¿Estás bien? —La voz de Asher llega lejana, como un eco de algo que mi cerebro deliberadamente bloquea.Los latidos de mi corazón retumban tan fuerte en mis oídos que por un momento es todo lo que puedo escuchar. Esto no puede ser verdad, esto tiene que ser una pesadilla. Trato de mantener la compostura, aunque todo lo que puedo pensar es que él me tendió una trampa. Asher todo el tiempo ha sabido quién soy yo, o peor, mi marido lo mandó a tenderme una trampa y ahora mismo debe estar burlándose de mí, sabiendo que soy una traidora mentirosa.Claro, todo empezó con el envío de esa prostitut4 a mi casa. Él sabía que saldría de casa y entonces…—¿Quinn? —Asher me sacude suavemente del hombro, haciendo que vuelva a la realidad.Tengo que tranquilizarme, tengo que pensar esto con cabeza fría, de otro modo podría hundirme más de lo que ya estoy.—¿Ah? Lo siento yo… es que recordé que tengo una cita urgente, tengo que irme.Dejo la foto en el s