BENJAMÍN
— Está viva, ¿no? _ se burla.
— ¡No hicimos nada demasiado!
— ¡Le clavaste las uñas en el cuello, Iris!
— ¡Si sigues protegiéndola— de esta manera, voy a empezar a pensar que es mucho más de lo que dijiste!
— Podría ser cualquiera, ¡todavía no tendrías derecho a hacer lo que hiciste!
— ¡Es suficiente ustedes dos! _se impone, enfadada. — Ya entendemos la gravedad de lo que hicimos y —
— ¿Realmente entiendes a Julie? _interrumpo. — Estoy cansado de esta mierda. Parecéis niños hambrientos que —
— ¡Nosotros también estamos cansados, Benjamín! _ dicho. — Siempre nos toma por sorpresa, nunca compartes tus decisiones con nosotros, es una bomba tras otra.
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