Capítulo 44.
El tiempo no duerme los grandes dolores, pero sí los adormece.
—George Sand.
Leon:
Una semana después.
Una semana en la que Hayley no despertaba todavía. Han sido los días más duros que he vivido, médicos yendo de aquí para allá para atenderla y que reciba la mejor atención médica posible. No he dormido bien estando pendiente de ella en la habitación, cierro los ojos y siento que despierta pero no, no lo hace, por alguna razón siento que me escucha y por eso le hablo cada vez que estoy con ella, me dolía en el alma ver su rostro pálido y perdiendo brillo, deseaba tanto con toda mi alma ver sus ojos, estaba tan desesperado que no encontraba que hacer para que lograra despertar mi madre me decía que no podía perder la fe, pero para estas alturas, ya la estoy perdiendo.
Su amiga Joana estaba aquí, a penas supo la noticia, tomó el primer vuelo a Alemania, ella junto a mi madre están cuidando a los gemelos quienes al inicio no querían dejar el hospital pero debían descansar al igual que mi