Natalia.-
Me detuve frente al ascensor al darme cuenta que no sé cuál es la oficina de Vincent.
— ¡Demonios! –Obviamente no volvería a la oficina a preguntarle a Jacob, tampoco le preguntaría a la pesada de Ronie, sopesaba mis opciones cuando el ascensor timbró y la asistente de Leti salió con la vista pegada de la Tablet.
— Señorita Redmond –Me saludó con una sonrisa. – ¿Se encuentra bien?
— Uhm… sí, claro ¿Cómo estás? Una pregunta ¿Sabrás dónde queda la oficina de Vincent? ¿Lo conoces? –La chica asintió moviendo las pestañas sonriendo con ilusión, creo que el rubio le gusta.
— En el piso de abajo al final del pasillo del lado izquierdo, si necesita que le lleve algo me avisa lo haré encantada –Me avisa mordiéndose el labio.
— Gracias, lo tendré en cuenta, no te preocupes –Suspiré aliviada, definitivamente dios protege al inocente, pero ¿Qué se trae esta con el rubio? Reí mientras las puertas metálicas se cerraban frente a mí.
Cuando llegué caminé hacia la oficina estaba enojada y a