Capítulo 106
Punto de vista de Salvaje

Esta mujer mía… Juro por Dios que la ataré a la maldita cama cuando la alcance. Le dejaré el trasero rojo de tantas nalgadas. Nunca aprendía. Tampoco escuchaba nunca. ¿No podía ver que esto era jodidamente peligroso? ¿Que la había perdido demasiadas veces como para perderla de nuevo?

Se estaba comportando como una malcriada y aprendería una valiosa lección cuando pusiera mis malditas manos sobre ella.

Corrí hacia mi moto, me monté a horcajadas y la encendí, poniéndome el casco. Ángel María Moretti sería mi muerte, de eso estaba seguro.

—¿Adónde fue? —rugió Antonio mientras se acercaba a su camioneta.

—¡A ver a Alessa, ahí es donde fue! —le solté y él gruñó mientras entraba en su vehículo.

—¡EN MARCHA! —grité por encima del rugido de las motos e hice un gesto con la mano en el aire antes de arrancar. En la carretera, la vi a lo lejos. Oh, esto se iba a poner bueno.

Aceleré, ganando terreno, cuando ella comenzó a esquivar y zigzaguear entre el tráfico. Eso es. E
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