—Hoy no viene Sebastián, y la protagonista también pidió el día. Solo vamos a grabar escenas sin ellos.
La mano con la que Regina trabajaba se detuvo de golpe. Se giró.
—¿Y por qué no vino Sebastián?
—Pues yo qué sé —respondió Ana Castillo mientras se maquillaba—. A lo mejor no se siente muy bien, digo, lleva casi dos semanas grabando sin parar.
Regina sabía que era conocido en el medio por ser un profesional de primera. Nunca aceptaba dos proyectos a la vez ni pedía días libres; su absoluta dedicación era la razón por la que tantos directores querían trabajar con él.
Recordó la llamada que le había hecho la noche anterior y las palabras de Gabriel…
Le resultaba imposible actuar como si nada hubiera pasado.
En un momento de calma, tomó su celular y vio sus contactos. Por un instante, pensó en llamar a Leo para preguntarle, pero se detuvo. ¿Con qué derecho iba a hacerlo?
Mejor lo dejó por la paz.
Poco después del mediodía, Regina recibió una llamada de Gabriel. La estaba invitando a com