Lyra sintió miedo cuando vio por la ventana el espeso bosque, los árboles inmensos y ellos cruzaban ese pequeño camino en el auto, mientras avanzaban se encontraron con la neblina y dio un brinco cuando vio algo pasar sobre el auto, una sombra veloz, tan rápida que dudó haberla visto, pensó que era su imaginación. Cuando entraron a la manada la neblina se disipó y los árboles disminuyeron. El auto se detuvo frente a la casa de la manada, dos personas llegaron a su encuentro, la mujer de cabello blanco y esponjoso se detuvo frente a Lyra.
—Cielo, ¿qué te sucedió? —cuestionó al acercarse.
Lyra estaba viendo como Ragnar habló con el otro hombre y empezaron a alejarse, tenía la necesidad de querer seguirlo, pero la mujer volvió a hablar.
—Ven conmigo, te llevaré con el médico.
—Llevala a mi habitación —le ordenó Ragnar.
—La llevaré a dónde ella lo necesite —le contestó la mujer de mala gana —. Vamos cariño, ¿cómo te llamas?
Lyra se quedó asombrada por su trato con Ragnar, no era norm