— ¿Más romántico? ¿Mateo, acaso buscas otras cosas?
— ¿Acaso tienes miedo?
— No tengo miedo, solo que siento que juegas conmigo.
— Es solo una cita Agnes, no necesitas darle muchas vueltas al asunto.
— Sí, como digas, pero, dime algo ¿Iré vestida con esta camisa a nuestra cita? No me dejaste empacar nada.
— Si no te dejé es porque no necesitabas nada. En el clóset de allá hay todo lo que necesites.
Señala hacia las grandes puertas que están situadas a un lado del baño y yo solo asiento.
—¿En qué momento lo llenaron? porque anoche no había nada que ponerme, ¿O que planeaste todo para que durmiera así? ¿Debo arreglarme ya?
Él asintió.
— Vístete casual, no necesitas una gran cosa. Y respondiendo tu primera pregunta, lo ordenaron hoy, está mañana cuando aún dormías. Y no Agnes, aunque mi camisa se te ve muy bien no fue algo planeado.
Y con eso dicho se fue de la habitación.
Me regañe mentalmente por acusarlo. ¡Pobre florecita!
Me dispuse a bañarme y luego de eso a entrar en aquel gigantes