Capítulo 22. Miedo.
Ninguno volvió a tocar el tema y regresaron a la mansión. Noah usó durante todo el camino a casa unas gafas de sol y una mascarilla para esconder que había soltado unas cuantas lágrimas en el hombro de Elizabeth. No se arrepintió de nada, pero sentía vergüenza de haber llorado frente a otra persona.
Sebastian había llamado a otros guardaespaldas para que ayudaran con Ethan y Liam. Nadie podían quedarse fuera del radar de Noah y con lo que había sucedido hoy, la paranoia de su jefe, regresó.
—Volveré a casa. Por favor, cualquier cosa me llaman —le dijo a la señora Gabriella, cuando estaban en medio de la mansión.
Ella no pudo decir nada en el auto porque iba a regresar con los chicos y más que todo porque la actitud de Noah no la dejó.
—¿Cómo que te vas? —interrumpió el castaño, sacándose las gafas y la mascarilla.
Ella tragó grueso, pero quería ir a descansar. No importaba si tenía pesadillas, solo quería irse a dormir para aliviar el dolor en su cuerpo.
—Nos dieron reposo y mañana es