Capítulo 24—Ese juego no había terminado
Narrador:
Aylin apenas escuchó la puerta cerrarse tras Sasha, se levantó de la mesa con intención de desaparecer. Había demasiada tensión en ese espacio, demasiado aroma a pecado flotando entre los muros, y el recuerdo de la noche anterior le ardía en cada centímetro de piel.
Sin embargo, no llegó lejos. Roman la detuvo sin esfuerzo. Su mano atrapó su brazo, firme, con ese toque que no dejaba lugar a dudas ni escape.
—¿Adónde crees que vas? —murmuró, tan cerca que su aliento rozó su nuca.
Aylin tragó saliva, enderezándose con la poca dignidad que le quedaba.
—A ocuparme de mis tareas, señor Adler.
Roman sonrió apenas, de ese modo que lograba desarmarla y enfurecerla al mismo tiempo. No soltó su brazo; al contrario, tiró suavemente de ella hasta tenerla pegada a su pecho.
—¿Así de fácil pretendes ignorarme? Después de lo de anoche…
Ella alzó la vista, manteniendo la compostura a duras penas.
—Ya le dije que no cambia nada. No pienso convertirme e