Angela.
Al salir al comedor la vista de Rafael se fija en mi y una sonrisa burlona aparece en sus labios se levanta de su silla y la aparta dándole unos golpecitos con la mano asiendome un ademán para que me siente, se que no me dejara en paz esta qué le cuente todo lo que quiere, un suspiro sale de mis labios y me dirijo a la silla para sentarme con cansancio.
-Habla.
-Por lo menos puedo desayunar.
-Hay date prisa.
Rafael se apresura a ir por un plato de comida y me lo deja enfrente con una sonrisa grande.
-Come y platica.
Rafael se sienta a mi lado con su taza de café esperando a que relate mi cita me resigno y mientras como le cuento como me fue, me sorprendió ver como se emociono con solo escuchar mis palabras a pesar de que Rafael a veces me molesta pero siempre me ayuda de alguna forma, al terminar mi relato hay una pregunta que ronda mi mente y se muy bien que él me contestara de forma sincera.
-Rafael ¿ Que debería de hacer ahora que paso esto ?
Me siento avergonzada por pregu