Punto de vista de Bella
Permanecí en el hospital unas horas. Apoyé la mano en la cuna de cristal, recorriendo su silueta desde donde estaba. Me dolía la garganta. El pecho me dolía aún más.
"Mamá está aquí", susurré, aunque mi voz era apenas audible. "Lo siento".
La pequeña mano de Rose se contrajo, y eso fue todo, el último destello de conexión antes de que todo dentro de mí se rompiera. Apreté los labios contra el cristal, con lágrimas calientes contra mi piel.
Le rocé el pelo con los dedos. "Estarás bien", murmuré, forzando la mentira a través de mis labios temblorosos. "Eres fuerte, igual que tu mamá".
Entonces me incliné y la besé en la frente. Su piel era cálida, suave, real. Lo memoricé, sabiendo en el fondo que esta sería la última vez.
Cuando me giré, Martha estaba junto a la puerta. No habló, no le hacía falta. Sus ojos eran suficientes. Dijeron todo lo que había querido decir desde ayer. Estás huyendo. Otra vez.
Pasé junto a ella sin decir palabra. Para cuando llegué al ves