—Hija, nosotros llegamos este fin de semana a Bogotá. Necesito que regreses al apartamento. Yo te lo regalé; nadie más tiene derecho a decidir sobre ese inmueble, así que, por favor, te pido que vuelvas a mudarte.
Después de tanto pensar, Victoria decidió regresar al apartamento. De todas formas, no tenía dinero para alquilar la casa que deseaba, aunque en el fondo no quería depender de su padre. Anhelaba salir por sus propios medios de los problemas en los que se había metido. Sin embargo, no le era posible; era como si cada vez se hundiera más en el lodo.
Empacó sus cosas y volvió al apartamento. Esta vez, el personal de seguridad le permitió entrar sin inconvenientes; además, el trato hacia ella había mejorado notablemente. Seguramente fue una orden de su padre.
Estar allí le traía recuerdos que preferiría mantener lejos. La entrega total a Andrés en ese lugar fue una de las experiencias más intensas que había vivido, pero ahora todo se había desvanecido, especialmente después de e