Victoria esperó pacientemente a Bianca para contarle lo sucedido. Ya no tenía apartamento; la esposa de su padre la había echado como a un perro, y lo poco que pudo salvar fueron las llaves del auto y parte de su ropa.
Bianca le insistió en que debía llamar a su padre y contarle todo, pero Victoria no quería molestarlo por lo que consideraba tonterías.
—No son tonterías, Victoria. ¡Estás viviendo en la calle! Mientras esa señora se aprovecha de que tu padre está de viaje —reclamó Bianca—. Seguro ya debe estar que se la lleva el diablo del coraje, sabiendo que él está con Mary.
Isabel de Caballero había solicitado a la administración que no dejaran entrar a Victoria al apartamento. Lo que no pudo llevarse, la señora ordenó que lo dejaran en el baño para luego tirarlo a la basura.
Mientras tanto, Andrés había decidido continuar con su vida normal: iría a la empresa y seguiría trabajando en su proyecto, que ya estaba en su etapa final. Además, tenía un motivo especial: deseaba ver a Vict