Daniel no podía saber que Andrés conocía a Victoria y que ella era la cita que él mismo había buscado para él, y que, por supuesto, todo había salido mal. Victoria tomó el auto de su primo David y decidió ir en busca del ramo de rosas, acompañada de Daniel. Él, al ver a Victoria muy seria y pensativa, intentó alegrarla con sus chistes flojos, pero ella sonreía a medias. Él pensó que se debía al estrés que le generaba el trabajo de ese día. Victoria detuvo el coche frente a la floristería, bajó rápidamente y le pidió a Daniel que la esperara en el coche, pero él decidió acompañarla.
__ ¡Daniel! —Andrés llamó a su hermano, mientras Victoria ya estaba dentro del local.
__ ¿Hermano, tú también vienes en busca de las rosas?
__ ¿Yo? ¡Sí, sí vine por las rosas! – Respondio Andrés.
__ ¿Qué hace usted aquí? —preguntó Victoria al ver a Andrés.
__ ¡Vine por las rosas!
__ Ya las tengo, debo irme. —Victoria caminó hacia su auto, debía regresar cuanto antes al salón de eventos, a