CAPÍTULO 94: UNA CONFESIÓN OLVIDADA
El bosque se extendía ante ellos, susurros de hojas y ramas se movían al compás del viento. Akira y Thane caminaban en silencio, ambos en sus formas de lobos andaban a pasos ligeros sobre la tierra. Durante días, habían entrenado juntos, perfeccionando cada movimiento y en especial la transformación. Para Akira, aprender a dominar el poder de la loba que llevaba dentro no era solo una cuestión de supervivencia, sino de destino.
Thane, como siempre, la observaba con admiración, pero también con una intensa preocupación. Sabía que Akira era fuerte, pero también, que no podían subestimar a sus enemigos, especialmente a Seraphine.
—No debes subestimar a Seraphine —le advirtió mientras ambos avanzaban hacia un claro en el bosque—. Ella no es una loba cualquiera. Era la princesa de la segunda manada más poderosa después de la del rey. Por eso estaba en el castillo para casarse conmigo, aunque las cosas no salieron como esperaba.
Akira se detuvo un momento