PoV Lumen
Volver al cuarto no fue tan desagradable ahora que había hablado con mis amigas. Wendy se dirigió a las cocinas para buscar todos los aperitivos de la merienda.
Zack me acompañó hasta la puerta. No confiaba en él, tenía esa expresión burlona y maliciosa igual que la de Seth. Por algo eran amigos.
—¿No me vas a decir gracias? —preguntó él, ladeando la cabeza.
Suspiré.
—Gracias. —dije, sin sonreír.
Entré al cuarto y noté que muchas cosas habían cambiado en mi ausencia. Tal parecía que también mandaron a otros empleados a colocar nuevos muebles.
Me dirigí al lavabo, que era privado, cada habitación tenía un enorme cuarto de baño con bañeras y jacuzzi. Sam dijo que Astrid tenía incluso una fuente de cristal que era una estatua de ella misma. En este castillo era todo lujo y esplendor.
Esta habitación era prácticamente una casa. Enorme, amplia, con todo lo que se pudiera necesitar.
Quería darme un baño y entré sin tocar, olvidando que no solo yo era la dueña de este cuarto.
—Mald