Mis ojos viajan a Abel, quien me ignora y hace como que no existo, y a la pelirroja despampanante que está a su lado, de inmediato mi vestido parece un trapo sucio en comparación al de ella, sus curvas y en general toda su figura es mil veces mejor que yo, Abel la rodea por la cintura y ella se hincha de orgullo, sacando más el pecho y el trasero.
—Padre, te presento a Natasha Clover, mi pareja esta noche —dice Zed y su padre voltea a verme con una sonrisa de oreja a oreja.
—¡¿La sobrina de Nora?! —pregunta con exceso de entusiasmo.
—La misma —asiento—. Es un placer conocerlo, señor Jefferson.
—El placer es mío, con todo respeto de mi hijo,