Los niños estaban listos para marcharse a casa y muy felices de estar entre los brazos de mamá. Ella los llenó de besos, mientras les demostraba todo su sentir.

—¿Para el fin de semana regresarán con la abuela?

Claudia estaba triste por la separación y eso enseguida lo dio a mostrar. Con los gemelos en la mansión se estaba respirando alegría y ella estaba muy emocionada por tenerlos.

—¡Así es! El próximo y todos los fines de semana que se avecinan los gemelos la pasarán con ustedes.

Ella asintió feliz, pues sabía que los bebés no se quedarían a vivir con ellos y estaba agradecida por la disposición de Ava.

Pronto se despidieron y ella esa noche durmió feliz junto a sus bebés, quienes parecían cómodos en su compañía.

Ella estaba durmiendo profundamente, cuando las voces de personas la hicieron acomodar a los niños y bajar las escaleras para saber de quién se trataba.

—¡Buenos días!

—¿Es usted la señora Ava Gardner?

Ella al ver que se trataba de la policía se asustó mucho y no sabía ni