¡Qué decepción! ¿No existe el respeto? Ava estaba al límite y Yuli se dio cuenta de esto en cuanto observó de la manera en la que azotó la puerta. No era rabia lo que sentía. Ella ni siquiera podía describir la molestia que en ese momento.

—¿Ese hombre te ha hecho algo? —enseguida fue interrogada.

—No, o sí. ¡Ya ni sé! Me siento patética tratando de hacer las cosas bien.

—¿Qué sucedió con ese hombre?

—Yo soy la culpable ¿Qué hago aceptando los cortejos de un hombre a quien no le voy a corresponder?

Ella suspiró pesadamente y dejó a su amiga sin respuesta clara. Al otro día no quería levantarse y se quedó en la cama hasta mediodía, fue cuando decidió trabajar. Estaba algo molesta y no sentía hambre en lo absoluto. Las horas pasaron rápido, tan rápido que ni se enteró.

¡Tock, Tock, Tock!

El sonido de la puerta la interrumpió y la hizo salir de su silla. Al abrir se encontró con el rostro severo, pero sexy de Louis. Él la miró de arriba abajo en solo un segundo.

El tiempo se detuvo y sol