CAPÍTULO 76**

El tostador suena detrás de mí y meto rápidamente el cartón de leche en el refrigerador antes de cerrarlo. Pero justo cuando estoy a punto de darme la vuelta para coger la tostada, unas manos se posan sobre mis hombros.

Me giran con brusquedad, haciendo que el cartón se caiga de mis manos y la leche se derrame por todo el suelo.

Contengo la respiración mientras unos ojos negros mortales me miran fijamente.

—No les has dicho nada, ¿verdad ? —Jared me empuja brutalmente contra el refrigerador de acero y mi cabeza se golpea contra él. Gimo, pero aprieto los dientes, ya no tengo miedo de él.

—No —exhalo pesadamente—. No saben nada —digo mirándolo a los ojos. Me cuesta mucho controlar mi corazón para que no se acelere mientras le miento descaradamente.

—Muy bien —dice con una sonrisa demoníaca—. Entonces tenemos tiempo para jugar.

Se lanza hacia adelante, me agarra del cuello y me golpea la cabeza contra el refrigerador. Me lanza al suelo y da un paso atrás.

Toso y me froto l