05

CAPÍTULO 05

Me levanto de la cama y apoyo mi peso en los talones, de pie sobre el suelo de madera fría. Al estabilizarme, me mantengo firme ; mis piernas no tiemblan, están estables.

Decido dar un paso, pero en cuanto transfiero mi peso al pie delantero, mis músculos no lo soportan. Inmediatamente, me desplomo en el suelo.

Mis rodillas golpean el suelo con un ruido sordo y violento, enviando oleadas de dolor por todo mi cuerpo.

Me muerdo el labio para no llorar. El sabor acre del hierro invade mis papilas cuando mis dientes perforan la piel.

¡Me duele todo ! Mi rostro, mi antebrazo, todo mi cuerpo me hace sufrir.

De repente, la puerta se abre de golpe y pego un salto enorme. Un hombre alto, bien formado, con cabello negro noche rapado a los lados pero largo y despeinado arriba, se planta en el umbral. Si no me aterrorizara tanto, lo encontraría atractivo. Pero estoy aterrada y no tengo tiempo de pensarlo.

— Deberías estar en la cama, pequeña —dice suavemente acercándose a mí.

Mientras se acerca, noto sus ojos de un azul profundo. Me traen recuerdos dolorosos. Es él quien me llamó inútil, quien estaba a punto de continuar mi tortura, incluso de empeorarla.

Me aplasto contra el suelo, aunque cada movimiento me provoca dolor. Tengo que alejarme de él.

Pero como si la historia se repitiera, retrocedo hasta una esquina. Genial.

— No, no, no, por favor, no te acerques —suplico mientras las lágrimas se escapan de mis ojos.

Se detiene bruscamente a unos metros de mí, con una expresión herida en el rostro.

— No voy a hacerte daño —dice calmadamente, levantando las manos como prueba de sus buenas intenciones.

— Entonces, ¿por qué me electrocutaron y golpearon ? —pregunto acurrucándome y abrazando mis rodillas contra el pecho. Todavía siento la electricidad recorriendo mis venas.

Él baja la mirada y se arrodilla frente a mí.

— Fue un error. No sabía que eras mi…

Se interrumpe de golpe y clava sus ojos en los míos. Sus oscuros ojos azules se encuentran con mis ojos verdes.

¿Su qué ?

¿Dejó de torturarme porque soy algo para él ? Nunca he visto a un hombre tan guapo y tan idiota en toda mi vida.

— ¿Tu qué ? —murmuro.

Él sonríe ligeramente.

— A su debido tiempo, pequeña. A su debido tiempo.

¿Qué quiere decir con a su debido tiempo ? ¿Piensa obligarme a quedarme aquí ? No, no, no y no. Mi vida puede ser miserable en casa, pero me niego a quedarme aquí. No quiero ser prisionera, y mucho menos ser torturada otra vez.

— Si no es mucho pedir —comienza, mordiéndose ligeramente el labio—, ¿cuál es tu nombre ?

¿Debería decírselo ? Después de todo, es mi secuestrador. Pero, ¿qué tengo que perder ? No es como si fuera a quedarme aquí.

— W-Willa —murmuro.

Él sonríe de inmediato, mostrando unos hoyuelos en las mejillas.

— Me llamo Greyson —me dice.

Asiento levemente, sin apartar la vista de mis rodillas todavía pegadas a mi pecho.

— Ven, vamos a limpiarte.

Bajo la vista hacia mis leggings, rasgados por todas partes. Debo apestar después de todo el sudor de hoy. Sin mencionar la tierra que me cubre tras correr por el bosque.

Levanto la vista hacia él, agotada, abrazando aún más mis rodillas.

— Voy a salir de la habitación para darte un poco de intimidad —dice levantándose con una sonrisa.

Sigo completamente confundida. Un momento me insulta, me electrocuta, y al siguiente se presenta y se preocupa por mi bienestar.

No entiendo nada.

— Ven, te ayudaré a ir al baño —dice extendiéndome las manos.

Sin otra opción, tomo a regañadientes su mano derecha con mi mano izquierda. Al tocarnos, tiembla ligeramente y casi me suelta. Pero por instinto, sujeta mi otro brazo. Por desgracia, es justo donde Jared me agarró brutalmente.

Jared había apretado su puño tan fuerte alrededor de mi antebrazo que estoy segura de que dejó un moretón profundo.

Cuando Greyson pone su mano allí, no puedo evitar soltar un grito de dolor.

El dolor irradia por todo mi cuerpo.

Inmediatamente, la preocupación invade su rostro y retira su mano de mi brazo. No puedo evitar romper en llanto.

Él me levanta rápidamente en brazos, sosteniéndome contra su pecho. Mi rostro se hunde contra sus músculos, captando su aroma : amaderado, con un toque de colonia. Si no estuviera sufriendo tanto, podría disfrutarlo.

Sollozos escapan de mi garganta mientras las lágrimas empapan mis mejillas.

Me deposita sobre un mueble.

— ¿Qué brazo te duele ? —pregunta con suavidad, pero con seriedad.

Le señalo mi brazo derecho entre sollozos.

Con cuidado, toma mi mano y remanga mi prenda, revelando un hematoma azul oscuro y negro que cubre gran parte de mi antebrazo.

Me estremezco al ver la magnitud del moretón. Nunca había tenido un golpe tan profundo ni tan grave.

Entonces, giro la cabeza hacia el espejo, y lo que veo me déjà helada.

Otro enorme moretón adorna mi mejilla derecha, acompañado de un gran corte bajo mi ojo. Mis ojos, rojos como la sangre, están hundidos, como si no hubiera dormido en meses.

Llevo una mano a mi rostro con un jadeo.

¿Qué me hizo ?

— Shhh, shhh —murmura Greyson—. No te preocupes por eso.

Toma con delicadeza mi mentón, obligándome a apartar la vista de mi horrible reflejo.

— M-mi cara…

— Está bien —me tranquiliza con una sonrisa, pasando ligeramente el pulgar por mi mentón.

— Voy a ir a hablar con Jared. Te dejaré mi bata aquí para que puedas cambiarte después del baño. Llámame cuando termines, te ayudaré a volver a la habitación. Te daré ropa limpia —añade rápidamente.

Greyson me lleva hasta la bañera y me déjà suavemente al lado antes de abrir el grifo.

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