Después de varias semanas Nicholas despertaba del profundo sueño al que fue obligado, su cuerpo pesaba y su muñecas y pies ardían, al abrir sus ojos su vista era borrosa escuchaba agua gotear y notó muy poca luz, su boca estaba seca.
— Ten... tengo sed
— Claro que tienes sed, llevas días y noches dormido –Escuchó la voz de una mujer que él reconoció.
— ¡Maldita perra! juro que te voy a matar ¿Dónde está mi familia?
— ¡Shhh! bájale dos a tu tono, no estás en condiciones de exigir Nicholas, solo recuperé lo que me quitaste
— ¿Lo que yo? –Sintió nuevamente el dolor de las cadenas de plata que rodeaban sus muñecas. –Yo no te quite nada, recupere lo que es mío, a ¡MI HIJA! ¡ESTAS LOCA!
— ¿Tu hija? es más hija mía que tuya, ella estaba feliz al verme, y está feliz ahora que se casará con su príncipe azul, yo la moldee Nicholas y todos estos años me esforcé para que no descubriera su naturaleza pero gracias a los dioses no salió como los de tu estirpe, debo agradecérselo a tu esposa por