— ¡Este lugar es bellísimo! –Camille observaba desde lo más alto del castillo toda Brasov. –Tiene una vibra muy especial –Dice sonriendo.
— Eso me preocupa –Ella frunce su ceño y gira para verlo. –Sí, bueno tengo obligaciones en Brasil, no podemos vivir aquí –Ella se acerca rodeando sus manos en su cuello.
— Me conformo con que vengamos tres veces al año –Daven acarició el rostro de Camille con ternura.
— No puedo decirte a nada que no, voy a complacerte, por cierto esta noche debo ir a supervisar el complejo turístico quiero ver cómo es manejado, podríamos cenar allí está noche
— Me parece perfecto –Ella acercó sus labios a los suyos, Daven respondió el beso con pasión. –Me iré a descansar
— ¡Eres cruel! –Ella giró lanzándole un beso en el aire para luego alejarse contoneando sus caderas, ocasionando que su lobo interior se inquietara y reclamara lo que por derecho le corresponde.
(...)
Ya caída la noche, la diosa luna iluminaba cada rincón del castillo y todo Brasov, en la habita