Llevaba una semana en el departamento de Breyden. Cuando regresó con Hunter y mi maleta llegó con un ojo cerrado y un par de golpes.
Había peleado con Logan. Ahora no me quedaba duda de que, no era bueno para mí en ninguna forma.
Cerré mis ojos abrumada. Deseaba irme de vuelta a mi hogar.
A veces el rubio salía durante noches enteras, en cierta forma extrañaba a Adel. En estos días descubrí algunas pinturas y cuadros abandonados en el cuarto de limpieza. Brey comentó que el antigüo inquilino era pintor y había dejado algunos materiales olvidados.
No sabía que era buena pintando hasta que decidí intentarlo. El primer cuadro no fue algo difícil, tomé un lienzo pequeño y dibujé una flor. Colores pasteles, simple, delicado, fino. Cuando me dí cuenta ya tenía tres diferentes cuadros.
Respiré profundo saliendo de mis pensamientos. Me acerqué a la cocina del rubio.
—Bien Hunter, ¿Qué tal unas
Galletas?—. Busqué los ingredientes para hacer galletas. Sonreí al juntar bombones y chocolate. Días