Llena:
- ¿Mamá?- susurro.
Lágrimas tibias opacan mi visión, soy incapaz de creer lo que mis ojos están viendo. La misma mujer que me dio la vida y cuidó de mí está aquí, vestida con prendas negras, su cabello recogido en una coleta alta y teñido de negro, en sus manos sostiene un arma apuntando hacía Erick. Muy a lo lejos puedo escuchar el llanto de Narisa, las maldiciones de Richard, he incluso la respiración acelerada de Leonardo y Eiden.
- Estás viva – escupe con odio Sanders.
- Lo estoy, Llena apártate de él – me ordena.
- ¿Por qué?- le reprocho.
- Amor, tenía que hacerlo, ahora que has cumplido la mayoría de edad y eres toda una mujer, volví , no sabes cuánto lamento no haber estado a tu lado mientras crecías.
- ¡Tú no sabes nada!- grito y lloro por impotencia.
- No sé cómo es que estás viva, se supone que encontraron dos cuerpos en el accidente – Exclama el padre de Leonardo.
- El otro cuerpo no era mío, si no de Eleonor, una amiga que se sacrificó por mi, ella tenía un tumor y