Capítulo 104.
Las circunstancias de la vida pueden ser distintas, las acciones y palabras igual.
Si Santiago hubiese llegado unos minutos después nada hubiera salvado a esa joven, su corazón se detuvo cuando le estaban suministrando sangre, la reanimaron y su corazón volvió a latir débilmente.
Cuando salió de peligro Santiago no pudo sentir nada más que alivio, y sobre todo culpa. Maite se enteró gracias a él y fue al hospital.
—Doctor ¿puedo pasar a verla?— preguntó él.
—Aún no está consciente, pero puede pasar, y debería buscar un psicólogo, ella podría volver ha intentar suicidarse.
—¿Qué quiere decir?
—La joven no dio indicios, por lo regular los suicidas dejan alguna nota o llaman a alguien, lo hacen esperando a que los salven, Loren no hizo tal cosa.
—¿Qué quiere decir ¿- insistió Santiago.
—Ella realmente quería morir— con esas palabras el médico se retiró y dejó que entrara a la habitación.
Santiago se sentó en una silla a lado de ella, tomó su pálida mano y la acarició.
—Te prometo que no