El ensayo fue tan divertido como siempre, Trevor decidió llevar a los niños y las coristas estaban fascinadas con los dos rubitos, al punto de distraerse. Karman le reprochó a su esposo, sus hijos son una ternura y distraen a todos.
―Tengo sueño. ―Se quejó sentándose sobre sus piernas. ―No me dejas