―¿De verdad estás tan cansada como para no querer ir al hospital? ―Trevor la miró preocupado, no se ha levantado en toda la mañana y tiene mal aspecto.
―¿No podemos ir después? ―Preguntó abriendo los ojos. ―Eres el dueño del hospital, podrían darme una cita para después. ―Volvió a cerrar los ojos p