Capítulo 0004

Locura, eso es a lo que Karman está a punto de sucumbir.

Un mes lleva encerrada en una parte del país que ni siquiera sabia que existía, el hombre no hace más que referirse al bebé como su cachorro y la está volviendo loca con todas sus exigencias para que se cuide como debe.

No se alimenta, no bebe agua y no le hace caso a las tantas cuidadoras que no hacen más que mirarla con odio. Es como si todas las que entraran a esa habitación la odiaran por algún motivo que ella desconoce, fue ese hombre que la secuestró.

Trevor se relaciona lo menos posible con la humana, se mantiene cerca para que su hijo se fortalezca, pero sin llegar a mucho, simplemente la acompaña por una hora al día, le habla al bebé siempre que ella está dormida y se limita a eso.

Su gente no está de acuerdo en tener a una débil humana en la urbanización, después de todo, solo lobos pueden vivir en esa ciudad, pero esa humana lleva al hijo de su fallecida esposa en el vientre y la mantendrá ahí sin importar cuantos puedan enojarse. Es el alfa y lo que él dice, se hace sin importar absolutamente nada.

―Alfa. ―Una de las sirvientas hizo una reverencia. ―La humana se niega a alimentarse, he ido a llevarle el almuerzo y todavía tiene el desayuno intacto. ―Trevor resopló, ¿Qué más puede hacer con esa humana testaruda?

―Retírate. ―Ordenó despegando la mirada de la computadora, está libre, pero cuando está en el hospital él no podrá estar tras de ella.

Soltando un largo suspiró, se puso en pie, debe ir con esa humana, las cosas no pueden seguir como en el último mes. Su hijo se irá robando su energía y ella puede morir antes del parto, es humana y no está marcada por él, así que no tendrá la suficiente resistencia y fuerza si no se alimenta como debe.

―¡Lárgate! ―Amenazó después de tirarle la almohada, la habitación no tiene más que una cama imposible de desarmar, lo sacaron todo para que ella no pudiera hacer nada. ―Vete de aquí, maldit0 loco. ―Trevor cerró la puerta tras de él y la miró a los ojos, verla es recordar a su amada y es lo único que lo detiene a atarla y obligarla a hacer todo lo que él le exige.

―Debemos llegar a un acuerdo. ―Se apoyó en la puerta. ―No puedes seguir arriesgando a mi hijo, porque de perderlo tu vida también se desvanecerá. ―Karman no se intimidó, ciertamente en ese punto es lo que más quiere. ―Acepta cuidarte para que mi cachorro esté bien, acepta ser la madre subrogada de mi hijo y prometo dejarte ir en cuanto todo termine. ―Karman frunció el ceño. ―Permíteme cuidar de ti, acepta que mis sirvientas te apoyen…

―¿Apoyarme? ¡Esas mujeres parecen odiarme! ―Escupió rabiosa.

―Eso no es cierto. ―Mintió, lo último que desea es que se ponga más a la defensiva. ―Ellas desean ayudarte y tú solamente has sido grosera con ellas. ―La miró con dureza. ―No dejas de tirarles la comida al piso, no haces más que despreciar el esfuerzo que hacen. ―Karman se sintió un poco mal, pero ellas saben que él la secuestró y ni aun así la ayudan. ―Tendrás libertad, pero debo tener tu palabra, acepta el trato. ―Suspirando se sentó en la cama, ha luchado como una loca y no ha conseguido nada, debe cambiar su táctica.

―Bien. ―Sonó derrotada. ―He intentado todo y no pude escapar de ti ni tampoco he podido deshacerme de este bebé. ―Pasó saliva, ¿Cómo es posible que su mayor sueño sea una pesadilla? ¿Cómo es que la embarazaron y ni siquiera es de ella? ―Pero darme mi libertad ante de todo, un mes encerrada aquí como un animal en cautiverio y eso no es de Dios. ―Trevor arrugó la cara, ¿Por qué tiene que ser tan provocativa y larga de lengua?

―Bien, si eres buena, te sacarán al jardín y podrás conocer el lugar.

―¿Ahora soy tu perr4 y no solo para parir a tu hijo?

―¿Puedes dejar de expresarte de esa manera? ―Gruñó enloquecido.

―Es como hablo, así que j0dete. ―Trevor maldij0 y salió de la habitación, realmente no la soporta, jamás había conocido a una humana tan mal hablada y toca pelotas como esa. Sin duda de su mujer solo tiene el físico, es una ordinaria.

Karman respiró profundo, fingió bien y el tonto le creyó, ahora solo debe ser buena, obedecer lo que digan y alimentarse como se le pide. Una vez la saquen al patio, ella pedirá conocer el lugar y aprovechará para marcharse y buscar ayuda.

Con su plan hecho, tomó la bandeja con la deliciosa comida y se volvió loca comiendo, realmente estaba hambrienta y no sabía cuánto. La comida no es simple, siempre le llevan un mini festín y ahora lo agradece, el hambre que siente es como si jamás terminará.

―Señorita. ―La sirvienta corrió al baño tras de ella. ―Qué susto. ―Cerró los ojos al solo verla vomitar. ―No debió comerse todo ese pastel de chocolate. ―Le tendió un poco de papel. ―¿Quiere que le traiga un té? ―Karman miró a la chica con disgusto.

―¿Por qué pareces menos bruja que las demás? ―La chica se sorprendió por su pregunta.

―Bue… bueno. ―Se encogió de hombros. ―Nadie quiere atenderla, así que yo lo haré, a mí no me molesta. ―Karman sonrió.

―Gracias por eso. ―Se puso en pie. ―¿Eres tú quien me sacará a pasear como si fuera un poodle toy? ―La chica se llevó las manos a la boca.

―No diga eso. ―Le pidió escandalizada. ―Yo solamente le mostraré el lugar, es todo. ―Karman agrandó la sonrisa, por primera vez estaba sonriendo sinceramente y es que esa chica es su boleto a la libertad.

Trevor decidió subir a la habitación para hablar con la humana, había roto su regla, es la segunda vez que lo hace y se permite solo hacerlo una vez y preferiblemente cuando ella duerme. Karman lo miró a los ojos, muere por salir de esa casa y largarse.

―Me han notificado que deseas conocer el lugar. ―Karman asintió. ―No tardes fuera, no te alejes del perímetro y por favor, no hagas una tontería. ―Eso último no fue una petición, ella lo supo a la perfección.

―Bien. ―Dijo con simpleza. ―¿Ya me soltará la correa, señor secuestrador? ―Trevor apretó la mandíbula.

―Quiero que algo quede claro antes de que te vayas. ―Karman se puso seria. ―De ti lo único que me importa es tu vientre y lo que llevas en él, si deseas acabar con tu vida o cometer cuantas tonterías deseas, espera que mi hijo nazca. ―Sus palabras fueron duras. ―Me diste tu palabra y espero que la cumplas, ¿Lo comprendes? Odio a las personas que no tienen valor y para mí el único valor que importa son el de las palabras.

―Vaya discurso de motivación, señor. ―Karman sonrió. ―Ahora tengo más ganas de vivir, ¿Es usted psicólogo o algo así? ―Trevor la miró inmóvil, es una insufrible.

―Te doy una hora, ya es tarde y no es bueno que estés por ahí. ―Salió de la habitación así dándole paso a la sirvienta.

―¿Nos vamos? ―Karman agrandó la sonrisa, finalmente había llegado la hora de salir de ese lugar.

La emoción estaba por dominarla, quería correr desde que salió de la habitación, pero se contuvo, es una casa enorme y no sabía ni siquiera por donde agarrar, así que hubiera sido una mala idea sucumbir a su impulso.

Al salir de la enorme mansión que se parece a la casa blanca de los Estados Unidos, miró el hermoso patio, está rodeada de un enorme jardín con las flores que tanto le encantan. Los tulipanes estaban por donde mirara y sus colores son realmente vivos.

―Esto es hermoso. ―No pudo evitar quedarse con eso. ―Supongo que de día es mucho más hermoso.

―Está en lo cierto. ―La chica le sonrió. ―Si es buena, el alfa abrirá la ventana de la habitación. ―Karman gruñó, la condenó porque trató de saltar por ahí. ―Vamos, la llevaré fuera de la mansión. ―Se dejó guiar por la chica, todo parecía surreal, es como si vivieran en medio de un bosque con una civilización avanzada.

―¿Estamos en medio del bosque? ―La chica negó. ―Vaya, son amantes de la naturaleza entonces. ―Karman lamió sus labios, la chica es buena, pero ella debe salir de ese lugar. ―Lo siento mucho. ―Se disculpó antes de meterle el puñetazo.

Karman corrió como una loca directo al bosque, es su oportunidad y debe aprovecharla al máximo, dentro del bosque no la van a encontrar. Tras correr por algunos minutos, un ruido a su alrededor la alarmó.

―Aaarrrggg. ―El gruñido la paralizó.

―¡Madre mía! ―Chilló al ver a dos perros enormes con ojos brillantes.
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