capitulo 54

Antony pone su brazo alrededor de los hombros de Mary en el auto y se alegra de que ella lo deje. Permanecen cerca el uno del otro hasta que llegan a la mansión.

Para María el camino fue corto, ella estaba con los ojos cerrados sintiendo el calor de su cuerpo y el olor a madera en su cuello.

- Ya llegamos, corazón.

Una vez más siente que su corazón da un vuelco ante esa palabra, "corazón". Para que tu cuerpo reaccione de esta manera, debe recordar cómo erais juntos.

Dentro de la mansión, Lucy escucha el ruido de un auto y se dirige a la puerta para abrirlo. Cuando abre la puerta, como siempre con la nariz en alto, mira a Antonio que tiene a María en su regazo. Se le llenan los ojos de lágrimas y se aparta sin poder decir nada, cierra la puerta y sigue a la pareja sin poder contener las lágrimas.

- Oh, Dios... Señorita Mary... ¿Cómo está, querida?

- Estoy bien, Lucía. No llores por favor. No me gusta verte triste.

Antony entra en la sala de estar y deposita a Mary en el sof