Carina volteó hacia el interior del hospital, sabiendo que ahí estaba Rainer, en alguna parte, a punto de irse para siempre.
—Tengo que verlo… Tengo que… —La palabra «despedirse» se quedó atorada en su garganta. Se rehusaba a pensar de esa forma—. Tengo que estar con él…
Sin pensarlo dos veces s