Carina vio como el rostro de la enfermera palideció.
—Sé lo que hiciste, Matilda… —agregó cambiando ese tono tierno por uno frío y lleno de rencor—. Tengo pruebas de que mataste a mi abuelo.
—¡Carina! ¡¿Cómo te atreves a decir eso?! —exclamó Matilda retrocediendo asustada.
—Recibiste una fuerte