El pequeño Peter estaba ansioso sobre la cama. Había escuchado el forcejeo y aunque desconocía el motivo del ruido, se asustó. Lorena se acercó llena de instinto maternal y lo estrechó con dulzura, llenándolo de besos y consuelo.
—Mi bebé, todo está bien. No te asustes, yo te protejo. —Por un momen