—¡Qué valiente eres Susana! —exclamó Emma al ver al tipo con cara dura frente a ella.
—Se llama: Ser inteligente. Atrévete a seguir ofendiéndome y regresarás a casa viéndote irreconocible.
—Retroceda… No lo diré una segunda vez —dijo el guardaespaldas dispuesto a poner su mano sobre el hombro de