Solo bastaron un par de minutos para que el dueño se asomara y corriera a todos los comensales con premura. Mientras Román avanzaba hacia Frida, cada persona ahí salía apresurada.
—¿Qué está pasando? —preguntó Jimena en cuanto Román se sentó frente a Frida.
—Quería privacidad —respondió Román mi