—¡Basta! ¡¿Qué está pasando aquí?! —exclamó Benjamín furioso.
El silencio se hizo profundo e incómodo. Martina, después de dedicarle una mirada cargada de rencor y asco a Frida, caminó hacia la puerta, dispuesta a irse.
—No me quedaré en el mismo lugar que esta mujer. Solo ha traído desgracias a la